La cólera de Aquiles
La cólera de Aquiles, desde un punto de vista de un análisis relativamente profundo, es uno de los factores que más influyen en el desarrollo de la Ilíada y de una forma u otra termina siendo causante de muchos acontecimientos dentro de la obra. Así pues, surge entonces la pregunta: ¿Cuáles son las causas y las consecuencias de la cólera de Aquiles y cómo influye esto en desarrollo de la obra?
Lo que desata la furia/cólera de Aquiles se devuelve a uno de los primeros acontecimientos de la obra, cuando Agamenón, el máximo comandante de los griegos, le devuelve a Crises su esclava, y le arrebata a Aquiles la suya para quedarse con ella. El evento anterior hace que el héroe Griego decida abandonar a los Griegos y se vaya para refundirse en su tristeza y en la soledad. Pero para entender porqué un evento tan simple como lo es el arrebato de Briseida, su premio, causó tal consecuencia es necesario saber que para los héroes el reconocimiento de su la valentía, el honor y la gloria es tan importante que termina siendo para ellos mismos más esencial que su propia vida, para los héroes la muerte está directamente relacionada con la fama y su reconocimiento, en otras palabras, es la razón de su existencia. Aquiles sabía que su muerte sería en Troya pero con gran honor, es por lo anterior que quitarle a Briseida, que es un premio que termina siendo un símbolo de su valentía, es como si le quitaran la razón de su existencia. A continuación, el héroe se dirige a donde su madre, la ninfa Tetis para que le pida a Zeus que haga que Troya gane la batalla, y los griegos entonces reconozcan y se lamenten por dejar ir al valiente Aquiles.
Zeus empieza a conducir a Grecia a su propia destrucción, engañando a su comandante para creer que la victoria de la guerra era suya y por lo tanto debían combatir a Troya, siendo Troya más fuerte. Cuando la aproximación de su derrota es evidente, empiezan los Griegos a lamentarse por la ausencia de Aquiles, a quien es ofrecido nuevamente Briseida más muchas otras recompensas, pero guiado por su propia cólera, rechaza la oferta enviada por el propio Agamenón. Al ver la situación de los Griegos, Patroclo, a quien Aquiles apreciaba más que a nadie, decide ir a la batalla. Se presenta entonces ante Aquiles su gran amigo y le pide sus armaduras y éste se los dá, dejándolo ir a la batalla y rogándole a Zeus que su amigo regrese lleno de gloria. La suerte de Patroclo le permitió la gloria pero no la vida, motivo por el cual decide Aquiles regresar a la batalla “Mucho tiempo he estado enfurecido y por mi causa han muerto muchos griegos. Ya es hora de que vuelva a combatir y, aunque mi muerte esté cerca, pronto mataré al asesino de Patroclo.”
Pero, “Así cumplió Zeus la promesa que le había hecho a Tetis, la madre de Aquiles. Los griegos estaban dispuestos a devolverle su recompensa y su gloria, pero ahora que su amigo estaba muerto, lo único que le importaba era la venganza”. La muerte de Patroclo es el momento climático del relato, ya que conduce hacia la resolución de la guerra de Troya. No vengar la muerte de Patroclo, fuera como si estuviera faltando a su amistad y perdiendo su honor, toma también el héroe conciencia de su parte en la culpa de la muerte de su amigo. Así pues Aquiles mata a Héctor, el héroe defensor Troyano e hijo del rey Príamo (también asesino de Patroclo), y deja a los Troyanos vulnerables. De esta manera es que dicho héroe lleva la gloria de la guerra a los griegos. Debido a que la furia por la muerte de Patroclo era tanta, no tuvo reparos en tomar el cadáver de Héctor y retenerlo en el campamento griego, para luego encargarse de organizar el funeral de su amigo Patroclo, mientras también se celebraba la muerte de Héctor. Sin embargo, los troyanos se niegan a olvidar a Héctor y por ello es que después de los ruegos hechos por el mismo rey Troyano, quien le recuerda a su padre, Aquiles se apiada de él y decide devolverle el cadáver de su hijo.
Finalmente Aquiles muere como venganza por la muerte de Héctor en manos de Paris, el príncipe Troyano, quien le lanza una flecha al talón (la única parte de su cuerpo que era vulnerable) y le causa así la muerte instantánea. Sin embargo , este suceso no fue más que una clara consecuencia inevitable de su propia cólera, que desencadena un serie de acontecimientos y eventos que causan mucho daño, y finalmente terminan ocasionando su propia defunción.
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